Mucho ruido y pocas nueces, de William Shakespeare

 ¡Muy buenas!

Hoy traigo una reseña diferente, pues de vez en cuando me gusta cambiar a otro tipo de historias. Esta vez, quiero hablaros de la obra Mucho ruido y pocas nueces, de William Shakespeare.

Situada en su mayor parte en un amable marco de jardines, aposentos y fiestas cortesanas, la obra gira principalmente en torno a dos fuertes personajes enfrentados, Benedicto de Padua y Beatriz, adversarios irreconciliables y ambos tan ingeniosos, mordaces y sarcásticos como desdeñosos del amor. A lomos de una trama animada por los equívocos, las traiciones y los imprevistos, los enemigos jurados acaban sin embargo, para su propia sorpresa, en aquel lugar a donde se prometieron nunca ir a parar y, lo que es más, en la compañía para ellos más insospechada.

(Stratford on Avon, 1564 - 1616) William Shakespeare fue un dramaturgo y poeta inglés, considerado uno de los más grandes escritores de todos los tiempos. Hijo de un comerciante de lanas, se casó muy joven con una mujer mayor que él, Anne Hathaway. 

Se trasladó a Londres, donde adquirió fama y popularidad en su trabajo; primero bajo la protección del conde de Southampton, y más adelante en la compañía de teatro de la que él mismo fue copropietario, Lord Chamberlain's Men, que más tarde se llamó King's Men, cuando Jacobo I la tomó bajo su mecenazgo. Su obra es un compendio de los sentimientos, el dolor y las ambiciones del alma humana, donde destaca la fantasía y el sentido poético de sus comedias, y el detalle realista y el tratamiento de los personajes en sus grandes tragedias. 

De entre sus títulos destacan Hamlet, Romeo y Julieta, Otelo, El rey Lear, El sueño de una noche de verano, Antonio y Cleopatra, Julio César y La tempestad. Shakespeare ocupa una posición única en el mundo, pues sus obras siguen siendo leídas e interpretadas en todo el mundo.

Como siempre aviso, en esta reseña no vais a encontrar spoilers de ningún tipo. Aun así, esta es una obra tan conocida que quizá ya la conocíais de antemano. ¡Vamos allá!

De los clásicos, sin duda la obra de teatro Mucho ruido y pocas nueces (o en su versión original "Much Ado About Nothing"), es mi favorita del conocido dramaturgo William Shakespeare. Supe de esta historia por primera vez cuando era muy pequeña, y aunque no entendía bien algunas cosas, mi madre me ayudó a seguir el hilo hasta que, de más mayor, volví a ver/releer (porque tiene una versión cinematográfica de 1993) esta historia y ya entendí mejor los diálogos, sobre todo. 

La ambientación nos sitúa en Mesina, una ciudad de Italia, y allí se reúnen los principales personajes de esta obra para verse sorprendidos por la llegada del amor, las mentiras, las maquinaciones, las riñas, los cortejos y mucho más. No se incide mucho en los paisajes italianos puesto que no es el punto fuerte de la obra.

Respecto a la trama, como os he comentado justo arriba, está llena de lo que actualmente se denomina "salseo", con muchos líos entre los personajes, villanos que pretender destruir la felicidad de los héroes, y mucho más. Aquí destaca sobre todo el amor, que puede manifestarse como una luz cándida e inocente, en la forma de una tormenta de piques y acusaciones.

Los personajes son variados y también numerosos. Sin duda, de esta obra quienes más destacan son los personajes de Benedicto y Beatriz, que transmiten un profundo odio el uno por el otro, y que aportan bastantes toques de humor a la historia. Otros personajes se empeñarán en querer unirlos en matrimonio, así que ya podéis imaginar qué tretas tendrán que urdir para emparejarlos, cuando no pueden ni verse sin tirarse pullas. Por supuesto, hay más personajes: príncipes, jóvenes soldados, sirvientas de mente astuta y muchos más.

Sobre las relaciones románticas que aparecen, una me ha gustado más que la otra. La única que no me ha gustado ha sido porque el personaje masculino no me ha inspirado mucha confianza ni tampoco me ha caído en gracia por su comportamiento tan sumamente desconfiado e ingenuo.

Respecto a la pluma, la traducción creo que ha tenido algunos lapsus cuando se nombraban a los personajes, pero ha sido solo en un par de ocasiones. Por otro lado, decir que el lenguaje es de esa época, así que no resulta de lectura ágil porque se emplea un vocabulario un poco complejo. Eso sí, es una historia bastante corta que se puede leer en apenas un día.

El final es ideal y te deja con una sonrisa, porque además cierra todos los nudos que se forman en la historia, así que no queda nada suelto o nada sin explicación alguna, excepto quizá el futuro de uno de los personajes que puede quedar un poco más en el aire.

También aprovecho para animaros a ver también su versión cinematográfica, que es bastante fiel a la obra original, y tiene buenísimos y conocidísimos actores como Denzel Washington, Keanu Reeves, Michael Keaton, Emma Thompson o Kate Beckinsale, entre otros.

Mucho ruido y pocas nueces es una obra que no pasa nunca de moda, que es divertida y ha tenido una muy buena adaptación al cine con su versión de 1993.

4/5

¿Conocíais esta obra?

¿Os gusta leer teatro?

¡Nos vemos en la próxima entrada!